VALENCIA // Con la promesa de la reactivación económica y con un PSOE en sus horas más bajas, Mariano Rajoy ganó las elecciones del 20 de noviembre de 2011 con una amplia mayoría. Con 186 diputados, el Partido Popular conseguía el apoyo mayoritario en la Cámara para poder gobernar, su líder, Mariano Rajoy, se proclamaba presidente.
De eso hace ya un año. Doce meses en los que las sombras por las promesas incumplidas son mayores que las luces. Doce meses en los que el gobierno ha tenido que retratarse sobre sus promesas de hace años. Doce meses en los que Rajoy ha tenido que navegar entre dos aguas, entre su pacto con los electores y contentar a la ‘troika’ europea. Doce meses que quedan reflejados y resumidos en estas frases:
“La subida del IVA es el sablazo que el mal gobernante le pega a sus compatriotas”.
Quizás esta frase es la que mejor retrata el cambio de Rajoy en la oposición y en el gobierno. Los populares deciden atajar el déficit subiendo el tipo impositivo del Impuesto sobre el Valor Añadido. Su objetivo, aumentar la recaudación, aunque esta medida afecte directamente al bolsillo del consumidor. El tipo de IVA subió del 18 al 21% y del 8 al 10% el reducido, además algunos bienes de consumo como el cine o el teatro pasó del superreducido al 4 al 21%. La consecuencia, según el gobierno es que, la recaudación por este impuesto aumentó cuatro puntos.
“Vamos a bajar el impuesto de la renta de las personas físicas”.
Otra promesa incumplida en materia fiscal. Solo un mes después de ganar las elecciones, en plena campaña navideña, el gobierno anuncia una subida del IRPF justificándola en que se trata de “un recargo complementario temporal de solidaridad”. También se sube el Impuesto de Bienes e Inmuebles.
“No pienso dar ni un solo euro público a la banca”.
30.000 millones de euros. Ese es el dinero que se aprueba el Real Decreto-ley 18/2012, de 11 de mayo, un dinero destinado al “saneamiento y venta de los activos inmobiliarios del sector financiero”. A esto habría que añadir el rescate europeo a la banca de hasta 100.000 millones de euros que está por llegar, aunque desde el Ministerio de Economía esta cifra se sitúa en 40.000 millones. Asimismo se crea el banco malo que se hará cargo de los activos tóxicos de las entidades financieras.
“Suprimir la deducción por vivienda es un disparate”.
Se retira la desgravación fiscal por compra de vivienda habitual siete meses después de haberla recuperado.
“No creo que haya que abaratar el despido”.
La reforma laboral prometida por el PP cuando llegó al poder estableció que la cuantía en caso de despido bajaba de 45 a 33 días por año trabajado y en un máximo de 24 mensualidades. Además, se amplían los supuestos para considerar el despido procedente.
“Yo no voy a hacer el copago”.
Copago no, repago. La reforma sanitaria estableció que los ciudadanos pagasen más por los medicamentos, además de sacar del sistema de financiación estatal más de 400 fármacos, muchos de ellos de uso común. Los pensionistas pagan un 10% de sus medicamentos, con un tope
de 8, 16 y 60 euros al mes en función de la renta.
“Reducir en todo salvo en las políticas sociales y especialmente en educación”.
Se aumentaron las ratios de alumnos por clase y las horas lectivas de los profesores lo que supone una disminución del número de profesores. Además, en la Universidad las tasas se disparan, llegando a subir más del 20% de media la educación universitaria.
“No me voy a quejar de la herencia recibida”.
La prima de riesgo, las cifras del paro, la caída del PIB o el descenso productivo del país. Nada de ello es culpa de Rajoy si hacemos caso a las declaraciones de los miembros de su gobierno que apuntan a la época del expresidente Zapatero todo lo malo. El mismo Rajoy asegura que uno de los mayores problemas es por el “engaño” recibido del anterior gobierno socialista sobre el déficit, algo que le sirve para justificar cualquier tipo de medida.
Estas ocho frases definen el año de gobierno de Rajoy, aunque podrían encontrarse otras. Doce meses que serán recordados por la eliminación de la paga extra navideña a los funcionarios (cuyos efectos en el consumo aún están por ver); por la defensa de la jubilación a los 67 años; por la amnistía fiscal, nacida para hacer aflorar el dinero negro y que no ha logrado su objetivo; por la eliminación de la sanidad gratuita para los inmigrantes o por la no aparición de la prometida Ley de Emprendedores. Doce meses en los que Rajoy ya ha tenido que hacer frente a dos huelgas generales y donde la calle se llena día a día de nuevas protestas.
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